Rusia está dispuesta a un “diálogo constructivo” sobre la construcción del gasoducto South Stream con todas las partes implicadas, declaró el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista con la agencia búlgara Focus.
El jefe de la diplomacia rusa subrayó que el tendido del South Stream, que llevará el combustible ruso a Europa Central y del Sur por el fondo del Mar Negro, beneficiará tanto a Rusia como a los consumidores europeos, Bulgaria incluida.
“Estamos convencidos de que en el diálogo entre Rusia y la Comisión Europea deben tener un papel más activo los países comunitarios implicados en el proyecto, dado su importancia para las economías nacionales y una mayor seguridad energética”, enfatizó.
Según Lavrov, la Comisión Europea “tiene una visión propia respecto a la construcción y la posterior utilización del gasoducto en el contexto del Tercer Paquete Energético de la UE”.
“Nosotros partimos de que las normas fundamentales para realizar el proyecto son los acuerdos intergubernamentales bilaterales firmados por Rusia y los países miembros del South Stream”, insistió.
El canciller ruso llamó a que la legislación europea no se aplique de forma retroactiva y que no impida el cumplimiento de acuerdos logrados con anterioridad.
“Tenemos la intención de continuar impulsando este proyecto. No se debe permitir que Europa sea utilizada en interés de terceros y que nuestro continente común sea rehén de actitudes miopes e ideologizadas”, recalcó.
La construcción de la tubería submarina South Stream empezó en la costa rusa del mar Negro en diciembre de 2012. El gasoducto tendrá cuatro líneas con una capacidad total de 63.000 millones de metros cúbicos al año, que se alcanzará en 2018.
La actual configuración del proyecto prevé que el tramo submarino se conectará al terrestre en Bulgaria de donde irá a Serbia, Hungría, Eslovenia, Austria y el norte de Italia.
El proyecto –que permitirá al grupo gasístico ruso Gazprom diversificar las rutas de exportaciones a Europa, en particular, reducir la dependencia del tránsito a través de Ucrania– se vio estancado después de que el primer ministro búlgaro, tras reunirse a principios de junio con senadores estadounidenses, ordenara suspender las obras para realizar consultas con la Comisión Europea.
El pasado jueves, el canciller búlgaro declaró que su país confía en reanudar la construcción del tramo del South Stream “en cuestión de semanas”.
