Organizaciones como Amnistía Internacional España se muestran contrarias a una regulación que limite el uso en el país del velo integral, que incluye niqab y burka.
“Esta medida podría atentar contra el derecho a la libertad de expresión y la libertad religiosa, y que afecta en particular a las mujeres musulmanas por lo que pensamos que puede ser una medida discriminatoria”, dijo a Nóvosti María Serrano, portavoz de Amnistía Internacional.
El Gobierno español ha puesto sobre la mesa el debate de la legislación del burka en el país. Hace apenas unos días el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmaba en una rueda de prensa que “es un buen momento” para la prohibición del uso del burka aprovechando la tramitación de la Ley de seguridad Ciudadana. El último en pronunciarse ha sido el ministro de Justicia, Aberto Ruíz Gallardón, que ha subrayado que lo más importante es “que se garanticen los derechos de la mujer y la seguridad”.
El ministro de Justicia ha afirmado que en situaciones en las que un ciudadano o ciudadana tiene la obligación de identificarse, por seguridad, no deben existir impedimentos. “Cuando tal cosa ocurra, está claro que me da igual que sea el burka como un casco integral de moto, evidentemente no podrán estar autorizados por las autoridades", argumentó.
En la reunión con su homóloga francesa, Christiane Taubira, Gallardón ha preguntado si la regulación del país galo es exportable a España. En Francia esta prohibición en lugares públicos lleva vigente desde 2011. La multa para las mujeres puede oscilar entre los 150 y los 700 euros o su equivalente en “trabajos públicos”. La sanción para quien “instigue” al uso del burka es de 30.000 euros y hasta un año de cárcel.
Sin embargo, la ley francesa evita hablar de “burka” y lo especifica como que “nadie puede, en el espacio público, llevar una vestimenta que disimule el rostro”.
En el caso de España, el primer ayuntamiento en intentar prohibir esta vestimenta fue el de Lérida, en mayo de 2010. Le siguieron otros cinco consistorios catalanes, entre ellos Barcelona y Tarragona. Sin embargo el Tribunal Supremo anuló en 2013 estas ordenanzas alegando que los ayuntamientos no tienen competencia para regular en este tema, una legislación que corresponde al Parlamento.
“Las autoridades argumentan esta medida por razones de seguridad pero no está demostrado que sea necesaria. No ha sucedido nada que haya hecho pensar que es necesario prohibir el uso del velo en el espacio público”, afirmó a Nóvosti la portavoz de Amnistía Internacional.
“Consideramos que es una medida innecesaria, no hace falta prohibir por ley el uso de una prenda de ropa. Si existe algún problema de seguridad lo que pueden hacer es pedirle a las personas que descubran su rostro en un momento en el que se produzca un incidente”, explicó.
“Por otro lado, también defienden el argumento de combatir la desigualdad de las mujeres musulmanas. Sin embargo, una prohibición general de este tipo afectaría a dos grupos de mujeres: a las que decidan llevarlo libremente y a las que posiblemente puedan ser coaccionadas por terceras personas o por su comunidad. En estos casos, esta medida no serviría para luchar contra desigualdad porque la consecuencia sería someter a la mujer a la tesitura de tener que elegir entre la coacción de terceros o de su comunidad y la prohibición del estado. No aporta ninguna solución a una mujer que puede sufrir violencia. De hecho, puede suponer que queden más encerradas en su casa”, aseguró.
“Desde Amnistía Internacional llevamos años luchando por la igualdad de las mujeres, pero este no es el mejor modo. Creemos que hay que luchar por la igualdad de género pero a través del Código Penal, de la Ley Integral o de la intervención social pero no castigando a las mujeres”, dijo.
Además, la portavoz de la organización ha defendido que en España “no se dan muchos casos” de mujeres que vistan estas prendas, ni se han producido “incidentes relacionados con el velo integral”.
Por otra parte, la Junta Islámica también pidió al Gobierno que “centre sus esfuerzos en defender la dignidad de las mujeres, en fomentar la conciliación familiar y laboral” y que no se preocupe “de regular el uso del burka”.
