La masacre de estudiantes que habría sido ejecutada por orden de capos del narcotráfico en el estado de Guerrero, en el suroeste de México, debe ser esclarecida, porque "enluta" al continente americano, dijo este martes el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
Insulza pidió "el esclarecimiento de un asesinato tan inhumano como absurdo, que enluta no sólo a los mexicanos sino a todos los países de las Américas", de acuerdo con una declaración escrita del máximo responsable de la OEA.
"El fenómeno de la violencia criminal de los narcotraficantes que los afecta (a los mexicanos), sólo se puede combatir de manera conjunta", dijo el titular del máximo organismo continental.
El diplomático de origen chileno expresó su "profunda consternación por la desaparición de 43 estudiantes mexicanos, algunos de los cuales, según declaración de sicarios confesos, habrían sido ejecutados por orden del crimen organizado" en un cerro de los alrededores de Iguala (200 km al oeste de la Ciudad de México) en el estado de Guerrero.
El secretario general de la OEA manifestó su apoyo al gobierno del presidente Enrique Peña en "su decisión de no permitir que este brutal crimen quede sin el castigo de la justicia", como el mandatario prometió el lunes en un mensaje a la Nación.
Finalmente, Insulza destacó "la urgencia de alcanzar mecanismos de trabajo conjunto por parte de los gobiernos de la región" de América Latina para luchar contra el poder del narcotráfico.
Narcotráfico, amenaza global>>
El poder de las mafias del narcotráfico es "capaz deasesinar, corromper y aterrorizar a los pueblos del continente", puntualizó Insulza. La Fiscalía General del Estado de Guerrero anunció la noche del domingo el funesto hallazgo de 28 cadáveres calcinados, en un cerro cercano a Iguala.
Los restos, sin identificar hasta ahora, podrían ser de los 43 jóvenes estudiantes desaparecidos la semana pasada, una conclusión extraída luego de que algunos detenidos -la mayoría policías de Iguala- llevaran a las autoridades al lugar.
Los estudiantes a maestros rurales son originarios del municipio Ayotzinapa, una zona empobrecida de Guerrero. La masacre y secuestro de estudiantes ocurrió organizaban su viaje a la Ciudad de México, ocupando autobuses, para ir a conmemorar el 2 de octubre de 1968, cuando fueron masacrados unos 200 estudiantes en el barrio de Tlatelolco.
Cuando se trasladaban en tres autobuses a la capital del estado Chilpancigo, fueron atacados por policías municipales en cinco patrullas y civiles armados en una camioneta, que se llevaron a 43 estudiantes.
Oficialmente no se ha confirmado la muerte de los estudiantes, pero el gobierno de Guerrero dijo que algunos fueron matados a golpes y otros fueron calcinados.
