La presidenta de Brasil y candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, ha juntado 7,7 millones de firmas a favor de la celebración de una consulta sobre la formación de una asamblea constituyente que lleve a cabo una profunda reforma política en Brasil.
En total, el movimiento Plebiscito Constituyente recogió 7.754.436 firmas en todo el país, aunque el objetivo original era alcanzar los 10 millones.
La iniciativa responde a los cinco pactos que Rousseff propuso a los manifestantes de las protestas de junio de 2013, entre ellos el de impulsar una profunda reforma de las leyes electorales en el país.
La iniciativa, encabezada por Rousseff en sintonía con los movimientos sociales, pretende presionar a los miembros del Congreso Nacional para aprobar un proyecto para la celebración de un plebiscito sobre el tema.
Se han movilizado cerca de 480 asociaciones vinculadas con los movimientos sociales, entre las que se incluyen el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la Central Única de los Trabajadores (CUT) y la Federación de Trabajadores de Agricultura Familiar (Fetraf).
"No creemos que el Congreso Nacional se autorreforme. Ningún poder lo hace si no es por mandato del pueblo", declaró Rousseff desde Brasília.
En caso de que salga adelante la propuesta, el plebiscito se centrará en la financiación de las campañas electorales, el sistema electoral (voto proporcional o por distritos) y las coaliciones partidarias proporcionales.
Teniendo en cuenta el apoyo que muchos movimientos sociales prestaron a la candidatura de Marina Silva, los guiños de Rousseff a estos colectivos podrían reforzar su candidatura de cara a la segunda vuelta y romper con la imagen de continuismo que predica el candidato Aécio Neves.
