Reuven Rivlin se ha convertido hoy en el primer presidente de Israel que participa en una ceremonia anual para conmemorar la masacre que la policía de fronteras israelí cometió en la localidad palestina (dentro de Israel) de Kafr Qasim.
El 29 de octubre de 1956, la policía mató a 49 personas - entre ellas 23 niños y 6 mujeres - e hirió a 13 más en este municipio.
La matanza se produjo cuando la policía acribilló a balazos a hombres, mujeres y niños que volvían de trabajar y desconocían que el gobierno israelí había impuesto el toque de queda en varias localidades árabes - que mantenían bajo régimen militar desde 1948 - a causa del estallido de la Guerra del Sinaí.
La Policía de Fronteras recibió órdenes de abrir fuego contra cualquier persona que estuviera en la calles después de las 17.00 horas, y algunos agentes mataron a los que regresaban del trabajo.
"Fue una masacre atroz. Aquí se perpetró un delito grave. Este es un episodio oscuro en las relaciones entre nosotros, los judíos y los árabes que vivimos aquí", dijo Rivlin.
"La población árabe en Israel no es un grupo marginal. Es una parte inseparable, integral de este país. Siempre será el ingrediente secreto de la sociedad israelí. Estamos destinados a vivir juntos, compartimos el mismo futuro", afirmó Rivlin.
El presidente israelí se había comprometido a llevar a cabo este gesto histórico durante la campaña electoral y ha cumplido con su promesa, a pesar de las críticas de su base tradicional de apoyo, la derecha política.
El gesto, no obstante, no ha satisfecho a la mayoría de los ciudadanos de Kafr Qasim, que esperaban que el presidente pidiera perdón en nombre del Estado por la masacre.
En 2007, el entonces presidente de Israel, Shimon Peres, visitó Kafr Qasim e hizo pública una disculpa: "Aquí ocurrió un incidente muy complicado, lo lamentamos profundamente", se limitó a decir Peres.
