El presidente español, el conservador Mariano Rajoy, clamó en un acto de su formación, el Partido Popular, en Barcelona que "nadie tiene derecho a hablar en nombre de toda Cataluña".
"Y menos que nadie un gobernante que ignora a dos de cada tres catalanes", señaló en referencia al presidente nacionalista Artur Mas.
En su primer viaje a la díscola región tras la consulta secesionista del 9 de noviembre, Rajoy recordó que este es su viaje número 16 a la autonomía desde que en diciembre de 2011 llegara a La Moncloa y el 117 desde que es presidente del partido conservador.
"Conozco Cataluña y sé que es muy plural (...) Sé lo mucho que ha colaborado para el beneficio de España", dijo Rajoy.
"Pero también sé los beneficios que ha adquirido Cataluña por pertenecer a España" dijo defendiendo los cinco siglos de historia en común de la "nación más vieja de Europa".
Rodeado de la cúpula nacional de su partido, Rajoy arremetió contra la nueva hoja de ruta de Mas, "18 meses de un viaje a ninguna parte".
"Nunca en la historia, nunca, un gobernante había perdido tanto el tiempo ni había generado tanta confusión ni generado tanta inestabilidad" arremetió en referencia a las numerosas convocatorias electorales que ha convocado el líder independentista.
Más ganó en 2010 las elecciones autonómicas por minoría; en 2012, perdió 12 escaños y el "simulacro de consulta" de 2014 que Rajoy tachó de "profundo fracaso". Ahora quiere "unas elecciones plebiscitarias en 2015, luego una Constitución ilegal y otro referéndum también ilegal. Y otras elecciones en el 16" dijo un Rajoy que se mostró atónito.
Según Rajoy, "el problema de Cataluña" es que lleva cuatro años de "déficit de gobierno", por no decir de "desgobierno", sólo focalizado en el tema de la independencia.
"Está claro que los catalanes son muchos pero independentistas son mucho... menos" remachó un presidente criticado por los suyos en esta región autonómica por su débil respuesta a la celebración de un referéndum simbólico que el Tribunal Constitucional había suspendido.
Rajoy dejó la puerta abierta al diálogo, pero no dio margen a una tercera vía o cualquier otra alternativa a lo que los nacionalistas llaman "encaje" de Cataluña en España.
"He hablado y hablaré para buscar soluciones, pero no negocio sobre la igualdad de los españoles y el cumplimiento de la ley y de las resoluciones del Tribunal Constitucional", realzó.
Su oferta se centró en seguir garantizando la liquidez de Cataluña porque "me importa, me preocupo y me ocupo de los problemas de los catalanes", pero recalcó que no piensa alimentar "los delirios" de Mas.
El presidente catalán se encontraba hoy de viaje en los Pirineos. No estaba previsto que los dos dirigentes, que no se reúnen desde julio, fueran a verse.
Mas de 2,3 millones de catalanes votaron en la consulta de autodeterminación promovida por el dirigente catalán de los 5,4 que tenían derecho a voto.
