El caso de una niña de ocho años con presuntos signos de malos tratos internada en un hospital recibió al instante la atención pública en China después de saberse que su padre adoptante estadounidense huyese con sus otros 10 hijos.
Phoebe, el nombre ficticio de la niña huérfana, está siendo tratada en la unidad intensiva de un centro médico de Pekín después de la tercera operación quirúrgica de riñón y obstrucción intestinal, según el diario Global Times.
Los doctores creen que las heridas fueron causadas por fuerzas externas pero no han podido concretar cómo fueron realizadas, según el diario China Daily.
Un voluntario anónimo ha explicado que el padre adoptivo es un estadounidense de unos 50 años que en una ocasión fue al hospital para dejar algunos miles de yuanes para sufragar el tratamiento y que no ha regresado.
Otro voluntario ha asegurado que el hombre cuenta con otros diez hijos adoptivos asiáticos, muchos de ellos con enfermedades congénitas como retraso mental. Según el voluntario, los niños le fueron enviados al hombre y este pagó sus tratamientos.
Un guardia de seguridad del distrito pequinés de Shunyi donde vivían ha afirmado al diario China Daily que había alquilado una vivienda de 70 metros cuadrados y que a menudo se veía a los niños hurgando en la basura en busca de comida.
Uno de los voluntarios ha descrito al diario Global Times a los niños como delgados y posiblemente con malnutrición.
La misma fuente asegura que nunca han ido a la escuela, aunque tomaban clases en casa, y que el hombre ha sido visto en numerosas ocasiones regañándoles o golpeándoles en público, lo que habrían puesto en conocimiento de la policía.
La prensa china ha informado de que el hombre lleva en China más de treinta años, habla un mandarín fluido, carece de empleo y que empezó a adoptar a niños en 2004.
Tanto el padre como sus otros diez hijos adoptados han desaparecido después de que Phoebe fuera llevada al hospital, asegura hoy el diario Beijing Morning Post.
Los expertos han asegurado que el caso refleja que la ausencia de un mayor control en el sistema de adopción ha convertido a los huérfanos en vulnerables a adopciones sin autorización.
