Los agentes de varias regiones se unieron en la capital italiana para mostrar su desacuerdo con la política del Gobierno del primer ministro, Matteo Renzi.
La protesta fue convocada tras el incidente que tuvo lugar la pasada Nochevieja cuando casi el 85% de los guardias que debían trabajar no se presentaron al alegar una "enfermedad".
De este modo, los agentes querían llamar la atención del Gobierno a problemas actuales y exigir que Renzi acometa reformas de la policía local.
La marcha que se prolongó por más de 2,5 horas paralizó el transporte de Roma ya que el centro de la ciudad fue prácticamente bloqueado.