Las elecciones legislativas de hoy se celebran dos años antes de lo previsto y fueron convocadas por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el pasado diciembre, tras destituir a dos de sus ministros socios de coalición, Yair Lapid y Tzipi Livni.
Las últimas encuestas publicadas el viernes pasado —la ley permite difundir sondeos solo hasta cinco días antes de la jornada electoral- daban la victoria a la coalición de centro izquierda Unión Sionista (Partido Laborista y Hatnua, El Movimiento, de centro), liderada por Isaac Herzog, que podría conseguir entre 24 y 26 escaños.
Netanyahu y su partido, el Likud, líder de la derecha, podrían quedarse solo con 20 o 22 diputados, según las encuestas. Netanyahu ha votado a las 7:45 de la mañana en Jerusalén.
"Muchos me preguntan a quien llamaré primero después de las votaciones. Mi primera llamada será a Miryam Peretz (madre de dos soldados muertos en combate, uno en Líbano y el otro en Gaza el verano pasado)", ha dicho Netanyahu después de depositar su voto en la urna.
"La segunda llamada será a Naftali Bennett (líder de La Casa Judía, ultraderecha religiosa) para iniciar la formación de un gobierno dirigido por el campo nacionalista. No habrá gobierno de unidad con la izquierda liderado por los laboristas", ha asegurado Netanyahu.
Bennett ha madrugado un poco más que Netanyahu y ha votado unos diez minutos antes en la localidad de Raanana.
Poco después de las 8 de la mañana ha acudido a las urnas Herzog, en el barrio donde reside en Tel Aviv. "Estamos celebrando la democracia. Debemos recordar que Israel es una democracia en la que el pueblo decide, estas elecciones son una decisión entre la esperanza y el cambio, y la desesperación y la desilusión", ha afirmado.
"Los que quieren seguir en el camino de la decepción de Bibi (Netanyahu) deben votarle, los que quieren el cambio, tienen que votar a la Unión Sionista y darme la oportunidad de provocar un cambio", ha indicado Herzog.
