"La situación geopolítica (…) ha despertado a las fuerzas más radicales, que dañan al propio islam", dijo.
El antiguo orden mundial, agregó, fue truncado con la desintegración de la Unión Soviética, que servía de contrapeso a otros centros del poder.
Rusia "perdió por un tiempo su misión geopolítica" y la agresividad de Estados Unidos acabó por destruir "las estructuras regionales que quedaban del antiguo mundo bipolar", denunció la experta.
Añadió que el islamismo radical es "el genio que salió de la botella y hasta la civilización islámica no sabe qué hacer con éste".
Según Narochnítskaya, "el islam experimenta ahora un auge colosal, ha crecido demográfica y financieramente pese a los numerosos intentos de quebrarlo y frenarlo".