"El nuevo programa de concesiones será más amplio que los anteriores porque abarcará autovías, aeropuertos, puertos y otras concesiones", indicó la presidenta brasilera.
En sus esfuerzos de los últimos meses por conseguir una reactivación de la economía, Rousseff detalló que "espera un nuevo éxito que llevará a Brasil a un nuevo mapa logístico".
Despejando cualquier insinuación de los medios conservadores sobre la corrupción en contratos públicos y defendiendo el plan de concesiones de 2012, Rousseff declaró que "el plan demuestra que tenemos la madurez suficiente para ofrecer un programa que fue respetado, cuyas reglas fueron cumplidas y que no tuvo ninguna irregularidad en sus contratos" y concluyó que "el proyecto de concesiones de Brasil es creíble y fuerte".
Se calcula que el volumen total del programa de concesiones rondará los 50.000 millones de dólares y que incluirá, entre otras infraestructuras clave, los aeropuertos de Salvador de Bahía, Porto Alegre y Florianópolis, que se unirán a los aeropuertos internacionales de Río de Janeiro, São Paulo, Belo Horizonte y Brasilia, los cuales fueron parte del primer programa de concesiones en 2012 y 2013.
Además, el plan incluirá un total de 29 terminales portuarias, de las que 20 serán en el puerto de Pará y 9 en el puerto de Santos, el principal puerto del país, por un valor total de 1.554 millones de dólares, según los cálculos del Secretario de Puertos, Edinho Araújo, quien detalló que "el plan está en la línea de modernización y de competitividad que los puertos tienen que ofrecer en este contexto de enorme competencia en el panorama mundial".
De esta manera, el gobierno de Dilma Rousseff podría llegar a facturar más de 100.000 millones de dólares en apenas un mes, si nos atenemos a la expectación generada por la visita del primer ministro de China, Li Keqiang, quien en la jornada del martes anunciará junto a la presidenta una inversión en infraestructura de 53.300 millones de dólares a través de un total de 58 proyectos de infraestructura.
