El porcentaje de brasileños sin dientes es más alto entre los analfabetos o los que no tienen la educación básica completa (22,8%) y entre los mayores de 60 años (41,5%), y el porcentaje también es mayor entre las mujeres (13,3%) que entre los hombres (8,4%).
La precaria salud bucal de los brasileños tiene mucho que ver con la falta de prevención y con el escaso seguimiento, ya que según la ONG Turma do Bem –un proyecto odontólogico que atiende voluntariamente a personas necesitadas– hay cerca de 30 millones de niños que nunca han ido al dentista.
El fundador de la Turma do Bem, Fábio Bibancos, ha explicado a Sputnik News que el principal reto es que la sociedad y la clase política entiendan que la odontología tiene que ver con la exclusión social: "Una persona que no tiene dientes no tiene un trabajo adecuado, la alimentación falla, no tiene relaciones personales normales… todo eso lleva a un ciclo de pobreza y exclusión", lamenta.
Su trabajo sigue siendo vital para cientos de miles de jóvenes que no tienen acceso a las clínicas privadas, ya que aunque reconoce que el Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) ha hecho algunos intentos por incorporar la salud bucal a la sanidad pública éstos siguen siendo "insuficientes e insatisfactorios".
En casos más extremos este tipo de enfermedades pueden incluso provocar dolencias cardíacas, porque el cuerpo trabajará excesivamente para eliminar las bacterias del sistema circulatorio. También hay estudios que aseguran que las mujeres con enfermedades periodontales tienen el triple de posibilidades de tener bebés prematuros.
Los datos son de 2013, previos a la actual epidemia de dengue que afecta sobre todo al sureste del país y que hasta finales de abril ya había contagiado a 746.000 personas, según datos del Ministerio de Sanidad.