El también exministro galo de Finanzas estaba acusado, junto con otras 13 personas, de organizar orgías con prostitutas en París, Bruselas y Washington entre 2007 y 2011.
Según el presidente del tribunal, Strauss-Kahn tuvo un "comportamiento de cliente".
La ley francesa establece que recurrir a los servicios de una prostituta no es ilegal, pero incitar u organizar su trabajo se considera proxenetismo y se castiga con una pena de hasta 10 años de cárcel.
Strauss-Kahn, por su parte, nunca negó su participación en estas fiestas, pero argumentaba siempre que no sabía que las mujeres que participaban en ellas eran prostitutas contratadas por sus amigos.
El caso salió a la luz cuando el político francés se encontraba inmerso en otro escándalo sexual, después de que en mayo de 2011 una camarera de un hotel de Nueva York le acusara de violación.