El pequeño empezó a tener síntomas a finales de mayo, pero se tardó cuatro días en hacerle pruebas específicas.
La ausencia de medicamentos en España para tratar una enfermedad que no se había diagnosticado en Cataluña en los últimos treinta años llevó a buscar por toda Europa la antitoxina diftérica, que finalmente llegó desde Moscú, en valija diplomática.
El propio presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dio las gracias al primer ministro de Rusia, Dmitri Medvedev, por la ayuda para hacer llegar el suero para el tratamiento de un niño afectado por la difteria.
"Deseo hacerle llegar mi sincero agradecimiento por la rápida y eficaz ayuda prestada por las autoridades rusas, y muy especialmente por su embajador en Madrid y su Consulado General en Barcelona, al hacer llegar con celeridad el suero para el tratamiento de la difteria que ha necesitado con urgencia un niño en la localidad española de Olot (Gerona)", señala el telegrama.
Para Rajoy, "ésta una nueva muestra de la tradicional relación de amistad que une a nuestros ciudadanos y a nuestros países".
El niño no había sido vacunado contra la enfermedad por decisión expresa de sus padres, lo que ha abierto una gran polémica en España sobre la necesidad de la vacunación.
Con la aparición de este caso, la Generalitat monitorizó a "entre 100 y 150 personas" que estuvieron en contacto con el niño.
En las escuelas de Olot, de donde era natural el pequeño, había 47 niños sin vacunar.
El niño tenía afectados las funciones respiratorias, cardíacas y renales por la toxina de la difteria y necesitaba respiración asistida, estaba conectado a un riñón artificial y llevaba varios días con circulación extracorporia.