"Por orden del presidente Petró Poroshenko viajamos a Nueva York. Vamos a impulsar la resolución sobre el vuelo MH17 junto con nuestros amigos de Australia, Bélgica, Malasia y Países Bajos", escribió este martes el ministro de Exteriores ucraniano en su cuenta de Twitter.
Malasia presentó ya el proyecto de resolución que fue apoyado por Australia, Países Bajos (la mayoría de los pasajeros fallecidos en el siniestro eran precisamente ciudadanos de estas dos naciones), Ucrania y Bélgica.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció que Moscú no respaldaba este plan ya que la catástrofe aérea fue resultado de un crimen penal y no constituía una amenaza a la paz y la seguridad mundial, como lo presentaba la parte malasia.
Además, el canciller ha recordado que el Consejo de Seguridad de la ONU nunca ha creado tribunales para catástrofes aéreas, mientras que con esta iniciativa lo que se buscaba era culpar del hecho a aquellos que Washington consideraba responsables.
En esta misma línea el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, ha sostenido que esta resolución crea un nuevo foco de confrontación en el mundo.
El Boeing 777 de la compañía Malaysia Airlines, que realizaba el vuelo MH17 de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue derribado el 17 de julio pasado en la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, todos sus 298 ocupantes, en su mayoría holandeses, murieron.
Un informe preliminar sobre la investigación de la catástrofe, publicado por los Países Bajos, atribuye el siniestro "a daños estructurales del avión provocados por una acción externa", sin precisar la fuente de esa acción.
Kiev responsabilizó de la catástrofe a las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk, pero estas rechazaron las acusaciones afirmando que no disponían de armas capaces de derribar un avión a más de 10.000 metros de altura.