La agencia Bloomberg comunicó en julio pasado que el Departamento de Justicia había recibido el permiso de una corte de Nueva York para arrestar 300 millones de dólares de cuentas en Irlanda, Luxemburgo y Bélgica en el marco de las investigaciones.
Esta suma supuestamente constituye el beneficio que generó este esquema internacional de soborno que involucraría a las dos compañías rusas y a un familiar del presidente uzbeko, precisó la edición.
En opinión del diputado, MTS y VimpelCom son blancos de la aplicación extraterritorial de unas leyes que EEUU pretende imponer a nivel global.
"El pretexto es el revivido caso de corrupción en Uzbekistán dirigido contra la familia del presidente Karímov, quien presuntamente recibió algo por beneficiar a las empresas rusas en el mercado de comunicación de su país. Pero, ¿dónde está Nueva York y dónde está Taskent? y ¿por qué el caso resurgió precisamente ahora?", se preguntó Lévichev.
El legislador explicó que todo se debe a la derrota geopolítica que sufrió la Casa Blanca en Kirguistán, cuyo pueblo optó por la integración euroasiática con Rusia, Bielorrusia, Kazajistán y Armenia.
"Además, al fracasar sus planes en otras naciones centroasiáticas del espacio postsoviético, Washington busca separar del poder a cualquier precio a la élite uzbeka que lleva a cabo una política independiente", subrayó.
Por otro lado, afirmó Lévichev, es un nuevo intento de socavar los intereses de los empresarios rusos en el exterior con pretextos inventados, como la crisis ucraniana.
De hecho, EEUU, dijo, trata de imponer un bloqueo económico a Rusia.
"Si los países, en cuyos territorios se encuentran las propiedades de las dos grandes compañías rusas, ceden a la petición de los estadounidenses habrá que olvidarse del derecho internacional privado", subrayó el diputado.