En un artículo publicado esta semana en la revista Tiempo, el exvicepresidente del Gobierno socialista denuncia que la complacencia de la sociedad civil y de los partidos políticos ante el reto secesionista catalán es "un verdadero monumento a la cobardía".
Guerra recuerda que Mas tiene "embargadas todas las sedes de su partido por la corrupción" y que "evita rendir cuenta de su pésima gestión como gobernante" dando "un salto en el vacío con la imperdonable consecuencia de lanzar por el precipicio a todo el pueblo catalán". "Huir hacia adelante es la más execrable forma de cobardía", añadió.
El político andaluz también acusa a la izquierda porque "no se ha atrevido a parar un programa que representa el viejo proyecto de la burguesía catalana (…). Sobrecoge observar cómo los sindicatos bailan el agua a Artur Mas y sus monjas coadyuvantes".
Guerra, retirado desde este verano de la actividad política, se lamenta por la falta de respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy y del conjunto de la sociedad.
"¿Podemos imaginar que el presidente de un land alemán o el de una región francesa anunciara la independencia? Ese presidente no podría mantenerse en el puesto más allá de 24 o 48 horas", asegura en su artículo.
El político se queja por "la sin razón de los asustados por la reacción, no por la violación constitucional, alcanza límites de tal despropósito como el de llegar a negar, como un acto impropio, que se puedan aplicar los preceptos de la Constitución a quien pretende romperla".
Guerra defiende el artículo 155 de la Constitución, que permite suspender un gobierno autonómico, como una vía "sensata".
Y critica a "los pusilánimes" que consideran "poco democrático" aplicar este artículo. Y les recuerda que esta normativa fue aprobada "por unanimidad cuando se debatió en la Comisión Constitucional. Pues ahora, para algunos parece ser una norma represiva de un régimen no democrático".
