Según un estudio realizado por el Instituto Paraná de Investigaciones, el 58 por ciento de los ciudadanos de Brasil estaría en contra de la aprobación del Proyecto de Ley 131/15, por el cual se eliminaría la obligación de que la Petrobras participe de al menos un 30 por ciento de todas las operaciones de extracción en los pozos del yacimiento del "presal".
En los últimos meses, debido principalmente al desmantelamiento de la red de corrupción que operó durante años en Petrobras, el Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB) trató de encabezar una cruzada mediática relacionando la corrupción con la propiedad semiestatal de la empresa, de ahí que el proyecto 131/15 sea obra del senador del PSDB, José Serra.
Sin embargo, el estudio demostró que para el 42,9 por ciento de los brasileños el verdadero motivo de la situación actual de Petrobras sería la pasividad a la hora de inspeccionar de los tribunales correspondientes, mientras que únicamente un 26,1 por ciento de los encuestados responsabilizarían al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
Otro de los datos más reveladores del estudio es que el 100 por cien de los encuestas admitieron informarse a diario sobre los avances de la Operación Lava Jato pero, sorprendentemente, el 82,4 por ciento no sabría decir el nombre del juez de la Justicia Federal que investiga el proceso, es decir, el juez Sergio Moro.
La importancia estratégica del yacimiento del "presal" brasileño quedó reafirmada esta misma semana, cuando Petrobras anunció que la producción de petróleo n el mes de julio en los 54 pozos alcanzó los 812.100 barriles por día que sumados a los 30,5 millones de metros cúbicos de gas natural equivalen a 1 millón de barriles de óleo equivalente (boe).
De hecho, el pasado mes de agosto un estudio publicado por el Instituto de Petróleo y Gas de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (INOG-UERJ) desveló que la región del presal podría albergar unas reservas de al menos 176.000 millones de barriles de petróleo y gas recuperable, una cifra que cuadriplica la cifra de 40.000 millones que maneja en la actualidad el gobierno brasileño.
De allí la insistencia de los miembros del PSDB, con el excandidato presidencial Aécio Neves a la cabeza, en la necesaria privatización de Petrobras y del fin del monopolio estatal en torno a las reservas del "presal" habrían levantado las suspicacias de una parte de la población brasileña que comienza a entender que el fenómeno de la corrupción en Petrobras tiene poco o nada que ver con el sistema semiestatal de explotación.
