"Quiero transmitir un mensaje de tranquilidad. Los partidarios de la ruptura nunca tuvieron el apoyo de la ley, y desde ayer sabemos que tampoco tienen el apoyo de la sociedad", apuntó el presidente en su primera valoración de estas elecciones, tras su ausencia en la noche electoral.
En los comicios, las candidaturas soberanistas cumplieron su objetivo de ganar las elecciones con mayoría absoluta, pero sin embargo, no alcanzaron el 50 por ciento de los votos que necesitaban para salir victoriosos también en el plebiscito.
Por el contrario, el partido de Rajoy fue uno de los grandes perdedores de la noche. Los conservadores han pasado de 19 escaños en 2012 a 11 en estas elecciones.
Los independentistas se quedaron con el 47,8 por ciento de los votos, por lo que la sociedad catalana queda completamente dividida ante el soberanismo.
"Se trataba de elegir a los representantes en el Parlamento, aunque algunos pretendieron dar un carácter plebiscitario e iniciar un proceso de independencia", afirmó Rajoy.
Sin embargo, añadió que, "eso que no era legal", en referencia al plebiscito, "tampoco lo han conseguido" las fuerzas soberanistas.
"El Gobierno catalán encontrará toda la colaboración" del Ejecutivo central, con "lealtad y disposición al diálogo", pero "siempre dentro de la ley", insistió, una vez más, Rajoy.
Además, el presidente del Gobierno ha pedido al próximo Ejecutivo catalán que trabaje para "resolver los problemas reales" de los catalanes y para "cerrar la fractura".