Los judíos observantes construyen estas modestas cabañas de madera con el techo de hojas de palmera y realizan en su interior las comidas y cenas, rezan e incluso algunos de ellos, duermen.
La festividad, que dura una semana, se celebra del 15 al 22 del mes judío de Tishrei, varía de días, pero siempre es entre septiembre y octubre. Este año empezó el 27 de septiembre al caer el sol.
Se considera una de las fiestas más importantes del judaísmo y durante la misma se llevaba a cabo una de las tres peregrinaciones al templo de Jerusalén. El sukot marca también el final de la época de la cosecha y se le agradece a Dios el éxito de la misma.
En el primer día del Sukot, los participantes del ritual festivo agitan en todas las direcciones un manojo de ramas llamado 'lulav' (compuesto de una hoja de palmera, dos ramas de sauce y tres ramas de mirto sujetadas con hojas tejidas) y un 'etrog' (toronja), una fruta parecida al limón.
Los días previos al sukot, los judíos religiosos, especialmente los ultra-ortodoxos, buscan en el mercado toronjas, ramas de sauce, anillos de mirto y hojas de palma.
La semana sel sukot, las instituciones y oficinas del gobierno están cerradas y los colegios también. Los judíos religiosos "celebramos en familia esta fiesta alegre y bonita cumpliendo nuestras tradiciones y preceptos", dice a Sputnik Nóvosti Rachel, una mujer ultra-ortodoxa de Jerusalén.
En cambio, los más laicos aprovechan los días aún calurosos en Israel en esta época del año para pasar unos días de descanso en la playa o optan por viajar al extranjero, como es el caso de Yonatan, que se va "cinco días a Barcelona", según explica él mismo con una amplia sonrisa.
Muchos israelíes abandonan unos días el país, pero judíos de diversas partes del mundo, especialmente religiosos, visitan Jerusalén en esta festividad tan señalada para el judaísmo.