Los periodistas Anderson Cooper, Juan Carlos Lopez y Dana Bash moderaran el debate, en directo desde Las Vegas, y mientras en la revista Buzzfeed Hillary Clinton habla sobre el sexismo en Washington y explica que la política "obliga a las mujeres a ser fuertes y vulnerables al mismo tiempo", el senador Sanders, auténtica revelación de la campaña, recuerda en Twitter que 158 familias han dado "más de la mitad de los 176 millones de dólares" empleados por los candidatos republicanos y demócratas durante la campaña.
Enemigo declarado de Wall Street, azote de las corporaciones y las sinergias entre el gran capital y Washington D.C., Sanders aventaja a Clinton por un 3% en los sondeos de estados como New Hampshire, pero a nivel nacional la exsecretaria de Estado y antigua primera dama todavía lidera con un confortable 19% de distancia, aunque lejos del colchón de casi 50 puntos con los que contaba al comenzar la campaña.
A mucha distancia se encuentran el exgobernador de Virginia, Martin O'Malley, el exsenador por Virginia Jim Webb y el exgobernador por Rhode Island, Lincoln Chafee, que intentarán aprovechar las audiencias millonarias del debate televisivo para lograr lo imposible, esto es, remontar la sideral distancia que les separa de Clinton, de entre 35 y 46 puntos, en estados como Nevada, Carolina del Sur y Virginia.
Sometida a las críticas del partido republicano, Clinton se ha visto obligada a tomar la iniciativa en las últimas semanas, aprovechando entre otras cosas que el congresista Kevin McCarthy aseguraba hace un par de semanas que el Comité de Investigación sobre lo sucedido durante la embajada de Benghazi tenía como principal motivación erosionar la credibilidad de la candidata demócrata.
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Mientras Sanders aprovecha las últimas horas para hablar del cambio climático y enfatizar que "si el medio ambiente fuera un banco ya lo habríamos rescatado", Clinton simultanea la preparación para el debate en CNN con su decisiva aparición ante el citado comité la próxima semana.