Las carnes rojas (vaca, cordero y cerdo) sin procesar están catalogadas dentro del grupo 2A de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por su sigla en inglés) y según Luongo, "no hay evidencia que pueda probar que tiene que ver con la incidencia del cáncer".
Las carnes procesadas ingresaron este lunes a la misma categoría que el tabaco, asbesto y las combustiones de diésel donde se encuentra evidencia suficiente para vincularlos con el cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"La OMS está contra la preparación del embutido porque cuando a las carnes se le agregan productos o procesos para su conservación ya sea el ahumado, el salado, tienen un riesgo o aumentan el riesgo de la producción de cáncer", aseguró Luongo.
Los datos sirven para que los Gobiernos "tomen conductas adecuadas" y enfaticen en dietas balanceadas, explicó el oncólogo.
"Se debe hacer un balance entre lo que tenés para nutrir y cómo podés hacer una dieta balanceada, tampoco se puede negar la necesidad de las proteínas en la evolución del encéfalo", puntualizó.
Uruguay, gran consumidor de carne
Uruguay, además de ser un gran exportador de carne, tiene unos de los mayores consumos per cápita de ese producto en el mundo.
En Europa, según cifras oficiales, el consumo ronda los 16 kg anuales per cápita y en China es de 7 kg.
Uruguay exporta el 70 por ciento de su producción de carnes a más de 120 mercados en los que se destacan China (19%), los países pertenecientes al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés) (22%) y la Unión Europea (26%).
El país se clasifica como uno de los que tienen las tasas de incidencia de cáncer colorectal más altas del mundo, tanto en hombres como mujeres, según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este lunes un informe en el que señala que las carnes procesadas (como hamburguesas o embutidos) son consideradas como cancerígenas al mismo título que el tabaco o el alcohol.