Desde septiembre de 2014, Reino Unido lleva a cabo bombardeos aéreos contra el EI (proscrito en Rusia) en Irak en el marco de la coalición internacional liderada por EEUU.
La decisión parlamentaria, por una mayoría de 174 escaños, autoriza al Gobierno británico a lanzar con efecto inmediato ataques sobre posiciones yihadistas desde el espacio aéreo sirio.
Los legisladores laboristas tenían libertad de voto y cerca de una tercera parte de los 230 escaños apoyó la moción del Ejecutivo conservador.
Benn apeló al espíritu "internacionalista" de la izquierda británica que, según recordó, se alzó "en contra de Franco, de Hitler, de la erosión de los Derechos Humanos y en favor de la Justicia".
"Estamos luchando contra el fascismo", dijo urgiendo a sus correligionarios a votar con él y con el Gobierno para "hacer frente" al yihadismo.
Unos 150 laboristas se posicionaron con su líder, el izquierdista Jeremy Corbyn, en rechazar la acción militar en Siria tras unas jornadas que han dejado al descubierto la gran fisura ideológica en el partido.
Cameron logró la "clara mayoría" que buscaba en los Comunes para degradar al EI en sus enclaves sirios.
Pero el primer ministro optó por la cautela e impuso una estricta disciplina de voto a sus parlamentarios.
El ministro británico de Defensa, Philip Hammond, anunció a los periodistas que Londres podría lanzar sus primeros ataques aéreos contra el EI ya el próximo jueves.
En cuanto a la posible duración de la operación británica en Siria, Hammond dijo a la cadena BBC2 que espera que "no lleve cuatro años, pero advierto de que no será cuestión de meses".