Una de las causas de esas enormes pérdidas está en las nuevas presiones regulatorias en México, donde una reforma constitucional contra el monopolio en las telecomunicaciones ha sido obligado al emporio de Slim a compartir su infraestructura con otras compañías.
Slim disparó su fortuna al comprar la privatizada compañía telefónica estatal Telmex en 1990, y logró dominar en solitario el mercado de telefonía —móvil y fija- por más de una década.
Después se lanzó a la conquista de otros mercados como el brasileño, su segundo mercado más grande; pero ahora padece "una perspectiva sombría para la economía de Brasil"; mientras desembarcan competidores más fuertes en México, como la estadounidense AT&T o la española Telefónica; y sus oportunidades para expandirse en Europa son limitadas.
Historia de una caída
Ante el deterioro de la rentabilidad del emporio Slim en su feudo mexicano, los mercados necesitan "ver una estrategia más creíble de expansión en Europa o evidencia de un cambio de tendencia económica en Brasil". Y ese no parece ser el caso.
Un portavoz de América Móvil se negó a comentar el tema con los autores del reporte, mientras la compañía batalla por expandirse hacia Brasil, Austria y EEUU.
Esa ha sido la estrategia tras la entrada en vigor este año 2015 de la regulación antimonopolio que debilita la ventaja competitiva que había disfrutado Slim en tierras mexicanas.
La compañía controla en México el 70 por ciento de todos los teléfonos móviles y el 62 por ciento de las líneas fijas, pero AT&T ya compró dos empresas rivales en el país latinoamericano; ahora presiona los precios y batalla por la conquista de los usuarios.
El margen de ganancia de Slim en México se redujo a 40 por ciento en el último trimestre, desde casi el 45 por ciento del año 2014, y un informe de Credit Suisse Group AG citado por Bloomberg estima que caerá de nuevo el próximo año 2016, además que "la competencia se pondrá más dura en los siguientes años".
Telmex perteneció al Estado mexicano 18 años desde 1972 hasta 1990, año de la privatización, cuando el gobierno del entonces presidente Carlos Salinas (1988-1994) tenía 56 por ciento de las acciones; evaluada como ejemplo de privatización exitosa por el Banco Mundial.
El Estado mexicano recibió entonces 8.615 millones de dólares por la venta de sus acciones, Slim aumentó la inversión por habitante, de 16 dólares en los años 80, a 24 dólares en los 90; duplicó la cantidad de líneas telefónicas, para luego diversificar sus inversiones en la finanzas, la prensa (en The New York Times, por ejemplo) y hasta en la industria petrolera este año.
La fortuna de Slim —dueño de financiero Grupo Carso y América Móvil- equivale al 6 por ciento del PIB de México, la economía número 14 del mundo —que supera a España y Argentina, por ejemplo-; pero está entre los 25 países más desiguales del mundo, junto a India y Sudáfrica.
