"Cuatro funcionarios de la Unesco llegaron a Siria, dos de ellos de Beirut y dos de París, ellos observarán los daños y realizarán un análisis previo conjuntamente con nuestros especialistas", dijo el interlocutor de la agencia.
Palmira, uno de los seis lugares de Siria declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, había caído en mayo de 2015 en manos del autodenominado Estado Islámico, o Daesh, grupo declarado terrorista por la ONU y proscrito en numerosos países, incluyendo Rusia.
El 27 de marzo el Ejército sirio y el grupo Halcones del Desierto recuperaron el control de esta ciudad situada en la provincia de Homs.
Anteriormente la directora general de la Unesco, Irina Bokova, subrayó que la restauración del patrimonio cultural de Siria resulta sumamente importante porque es un símbolo de "identidad y dignidad" del país.