"El derribo del avión en noviembre fue una provocación de Turquía, bastante poco flexible con Rusia", señaló Jordán en diálogo con esta agencia en Bogotá, comentando las últimas declaraciones del canciller ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista exclusiva con Sputnik.
El miércoles, en entrevista exclusiva con Sputnik Nóvosti, Lavrov afirmó que Turquía tiene una motivación expansionista y sus aspiraciones no se limitan a Siria.
Jordán advirtió que el Gobierno turco "va a buscar cobijarse" en uno de los postulados de la OTAN, según el cual "si un Estado miembro es atacado, la organización entiende que todos son atacados", lo que pone en una situación difícil a Moscú en caso de que quiera responder ante una eventual provocación.
Por lo demás, "Turquía tiene el poder de entrar en una provocación con Rusia sabiendo que tiene como respaldo a la Unión Europea (UE)", la cual necesita del Gobierno turco para que actúe como tapón y evite que el problema migratorio se agrave aún más, explicó Jordán.
"Hay que detallar que el problema de las migraciones se da, entre otras, por la guerra en Siria, ya que los civiles sirios huyen usando a Turquía como puente para llegar a la UE", que ofrece su respaldo a Ankara junto con la OTAN, agregó el experto.
Desde marzo de 2011, Siria está sumida en una guerra civil en la que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición, entre ellos organizaciones extremistas como Daesh y el Frente al Nusra, proscritos en Rusia y otros países.
En septiembre de 2014, EEUU y sus aliados comenzaron a atacar desde el aire las posiciones de Daesh en Siria, acciones que se llevan a cabo sin el permiso del Gobierno sirio y sin contar con un aval del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco F-16 derribara en territorio sirio el 24 de noviembre de 2015 un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear instalaciones terroristas.
Tras el derribo de la aeronave, calificado por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso restricciones económicas a Turquía en los ámbitos de comercio, educación, turismo y empleo.
