A la hora de tomar la decisión, la investigación tuvo en cuenta que se trataba de una sátira política. Sin embargo, la mayoría de las líneas del poema no parecieron admisibles a los representantes judiciales, sobre todo aquellas que versan sobre "relaciones sexuales".
Terminado el juicio, el abogado del líder turco quedó satisfecho con el resultado. A su vez, el defensor de Böhmermann afirmó que las palabras del poema habían sido "sacadas de contexto", lo que dio lugar a una evaluación incorrecta de la obra.
Después del programa, Erdogan puso personalmente una denuncia en la Fiscalía de la ciudad alemana de Mainz. Böhmermann tuvo que disculparse ante el Gobierno turco, que había expresado su disgusto oficial a Berlin. La Fiscalía alemana inició una investigación contra el cómico, ya que, según el Ministerio de Asuntos Exteriores, era "muy probable" que el poema hubiera violado la ley que prohibía insultar a los líderes extranjeros. Este delito se castiga con una pena de prisión no superior a cinco años.
Lea también: El Parlamento Europeo insta a Erdogan a respetar la democracia en Alemania
En abril, la actitud de Erdogan hacia la libertad de prensa se convirtió en un asunto de debate en un programa televisivo alemán. Entonces, el periodista Ulrich Kienzl tildó al presidente turco de "neo-sultán" y señaló que en Turquía "iban más periodistas a la cárcel que al trabajo".