En su misiva a las Naciones Unidas del 25 de mayo, Vitali Churkin señaló:
"El análisis de los componentes químicos principales de las sustancias explosivas empleadas por los islamistas en la zona de Tikrit (Irak) y en la ciudad de Kobani (Siria), con la sucesiva identificación de las empresas productoras y el estudio de la venta de dichos componentes en otros países demuestra que, o bien fueron emitidos en Turquía, o se suministraron a este país sin derecho de reexportación".
Los dispositivos improvisados por los combatientes de Daesh también se caracterizan por el uso de microcontroladores de la firma estadounidense Microchip Technology, de transistores de la marca suiza ST Microelectronics y de componentes de teléfonos móviles Nokia, en concreto del modelo 105 RM-908.
"Estos hechos ponen de relieve que las autoridades otomanas toman parte de manera consciente en las actividades del EI, en tanto que facilitan el acceso a los componentes para crear artefactos explosivos improvisados que se utilizan ampliamente en los atentados terroristas", concluyó el representante permanente de Rusia ante la ONU.
El país eslavo ha acusado reiteradamente al Gobierno turco con evidencias claras de su participación activa en las operaciones de Daesh en Irak y en Siria. Esta vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha negado con prontitud las acusaciones rusas.