Lo que implica que el despliegue de estas naves en las zonas de combate del golfo Pérsico causaría bajas dentro del contingente británico, el cual podría ser fácilmente alcanzado por misiles enemigos.
Actualmente los cuatro buques de guerra —de un valor de 1.455 millones de dólares cada uno— disponen del citado error técnico: uno se encuentra fuera de Europa, mientras otros tres destructores fueron desplegados en las aguas del Reino Unido.
Varios miembros del Parlamento del país han mostrado su preocupación al respecto, ya que este problema pone en riesgo a las tropas británicas.
La situación empeoró cuando dos exjefes de la Marina afirmaron que el servicio se había quedado sin dinero y que el arreglo de los destructores corresponde con gastos adicionales que aplazarían la realización de otros programas.
Lord West, un almirante de la Marina británica, recalcó que las futuras demoras podrían dejar a la Flota del Reino Unido en "un estado extremadamente inadecuado" para cumplir con las tareas asignadas.