"Rusia está librando una guerra híbrida contra toda Europa, no solo contra Ucrania", dijo Klimkin, de visita en Estonia.
Para que haya paz en el este de Ucrania, en opinión de Klimkin, hay que poner cese al fuego de artillería, asegurar el acceso de observadores de la OSCE a todo el Donbás, incluidas las zonas fronterizas con Rusia, introducir en la zona una misión policial y retirar de allí las tropas rusas.
"Solo al cumplir estas condiciones será posible celebrar elecciones locales libres y legítimas en Donbás, que hoy es un protectorado de Rusia, controlado por las mafias y las personas colocadas por Rusia", afirmó el ministro.
Tanto las autoridades ucranianas como EEUU y la UE acusaron repetidamente a Moscú de intervenir en los asuntos de Ucrania.
Rusia califica de inaceptables estas acusaciones, asegurando que no es parte del conflicto y que está interesada en que Ucrania supere la crisis política y económica.
Las partes en conflicto retiraron las armas pesadas de la línea de separación, y continúan consultas regulares en el marco del llamado Grupo de Contacto Trilateral (Rusia, Ucrania y la OSCE), pero no se han logrado grandes avances en lo concerniente a los apartados socio-económicos y políticos del acuerdo pactado en Minsk el 12 de febrero de 2015.
Así, las elecciones locales en ciertas áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk y una reforma constitucional en Ucrania, entre cuyos elementos centrales se menciona la descentralización, debían haberse llevado a cabo hasta finales de 2015, conforme al acuerdo de Minsk.
Hasta la fecha ninguna de estas cláusulas se ha plasmado sobre el terreno.