"La sesión se caracterizó por un alto nivel de confrontación y la reducción de posibilidades para dialogar y cooperar", fruto según el documento de la línea tomada por EEUU y otros países occidentales que optaron "por la difamación de los que opinan diferente".
Agrega que durante la sesión la delegación rusa "llamó la atención de la inadmisibilidad de los dobles estándares al analizar la situación en torno a los DDHH en Ucrania y subrayó la necesidad de investigar detalladamente las flagrantes vulneraciones y los crímenes de los militares ucranianos".
Especifica que se trata en particular del "uso general de las torturas, las limitaciones de la libertad de expresión y de reunión, la persecución de la oposición y la presión sobre los jueces y abogados".
La delegación rusa, continúa el comunicado, también llamó la atención sobre la situación en Siria y lamentó la posición de muchos países y las estructuras de la ONU "dictada por ideas políticas cerradas".
El documento llama al Consejo a "condenar claramente e investigar escrupulosamente" esta amenaza.
La Cancillería rusa opina que "el Consejo de DDHH durante los diez años de su existencia perdió su potencial constructivo y volvió a una práctica perversa de politización a causa de la cual fue disuelta su antecesora, la Comisión de DDHH de la ONU".
Moscú reitera su llamamiento a todos los Estados "a atenerse estrictamente al principio de la cooperación constructiva de iguales derechos y de respeto mutuo al trabajar en la esfera internacional de defensa de los DDHH, ante todo, en el Consejo de DDHH".
A juicio de la Cancillería rusa, solo de este modo es posible devolver al Consejo su influencia y la autoridad en los asuntos internacionales.