El hombre, identificado como Lee y de 31 años, intentó denunciar el robo pero las autoridades lo tomaron por un refugiado y le entregaron una planilla para solicitar asilo. Debido a que Lee solo habla chino mandarín, no pudo darse cuenta de qué tipo de formulario había rellenado.
"Pasó doce días encerrado en nuestra jungla burocrática debido a que no pudimos comunicarnos", comentó Christoph Schluetermann, funcionario de la Cruz Roja que dirige el albergue de refugiados en la ciudad de Duelmen, donde el turista quedó atrapado.
Según Schluetermann, el chino actuaba de manera diferente a otros refugiados e incluso pidió que le devolvieran el pasaporte, "algo que no hace la mayoría de solicitantes de asilo".
Los empleados de la Cruz Roja trataron de recurrir a las aplicaciones para traducciones para comunicarse con él pero solo pudieron enterarse de la verdadera historia de Lee tras dirigirse a un restaurante chino local.
En el último año, Alemania ha acogido a más de un millón de refugiados de países como Siria, Irak y Afganistán. Sin embargo, el número de solicitantes de asilo provenientes de China es minúsculo.