"La esgrima es un deporte de coordinación. Si se aumentara la fuerza, por ejemplo, o la velocidad, el esgrimista perdería la capacidad de coordinar la punzada. Así que, primero, está la ética de los esgrimistas, y segundo, la falta de necesidad de recurrir al dopaje", sostuvo.
En cuanto a las perspectivas de la participación de los esgrimistas en los Juegos Paralímpicos de 2016, Bélkina destacó la relación especial que el presidente del CPI ha mantenido siempre con la selección rusa.
"Philip Craven siempre ha apoyado el movimiento paralímpico de Rusia, ha seguido con atención nuestro desarrollo. Estaba muy agradecido de que hubiéramos promovido la iniciativa de la esgrima internacional infantil. Siempre lo ha afirmado desde las más importantes tribunas".
"Yo tampoco me puedo parar y dejar la rehabilitación de mis deportistas, quienes necesitan como el aire el movimiento y la confianza en ellos mismos. Si un niño o un adulto gana el combate, se siente feliz, mejora su coordinación, su concentración y es más feliz, al fin y al cabo, porque, cuando uno practica deporte, se libera adrenalina".
"Todos mis deportistas aprenden a conducir un automóvil, estudian en las universidades, defienden sus tesis, se casan y dan a luz a sus hijos", atestigua la entrenadora, que destaca el optimismo de los deportistas paralímpicos.
"Somos optimistas, no nos preocupamos. Los que tienen que preocuparse ahora son los directivos del Comité Paralímpico de Esgrima en Silla de Ruedas —IWFC, por sus siglas en inglés—, porque sin los rusos, los juegos carecerán de la tensión y el interés que merecen".
El pasado 7 de agosto, Philip Craven hizo pública la resolución unánime del IPC sobre la suspensión de todos los deportistas rusos de los Juegos Paralímpicos de 2016. Sin embargo, añadió que podían presentarse apelaciones contra la medida en un plazo de 21 días.