"La situación actual es fundamentalmente diferente de la de 1998 que, de hecho, hace imposible que aquellos acontecimientos vuelvan a producirse. La diferencia más significativa es la presencia de suficientes reservas (fondos de riqueza soberana y reservas de divisas del Banco de Rusia), un bajo nivel de la deuda pública y un tipo de cambio flexible", dice la nota.
Además recuerda que la Rusia de hoy cuenta con un sistema financiero estable y bien desarrollado, así como una experiencia histórica de realizar la política macroeconómica en condiciones de un fuerte deterioro de la coyuntura externa (los años 1998 y 2008).
Por tanto, todos estos indicadores son "clave para una mayor estabilidad de la economía rusa ante las perturbaciones externas, la experiencia de 2016 demostró que la economía nacional se había adaptado considerablemente a la variabilidad de las condiciones económicas externas".
"La situación en los mercados financieros se mantiene estable y la economía se está acercando a una recuperación", subraya.
El 17 de agosto de 1998 el Gobierno ruso y el Banco Central anunciaron el impago técnico sobre los principales tipos de títulos públicos provocando una drástica caída del rublo.
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Las principales causas de la crisis de 1998 se consideran la enorme deuda pública de Rusia, instigada por el colapso de las economías asiáticas y el declive consiguiente en los precios mundiales de las materias primas.