Sin embargo, la llamada 'yihad del petróleo' fracasó y muchas empresas petroleras de EEUU se han mantenido a flote.
Punto de inflexión
Las medidas emprendidas por los árabes condujeron a la bajada más pronunciada de los precios del petróleo desde la crisis de 2008: los principales valores de referencia del crudo cayeron de los 110 dólares por barril a los 25.
La empresa consultora Jefferies LLC informó de que al menos diez productores de petróleo de esquisto estadounidenses —Devon y Pioneer, entre ellos— habían aumentado sus presupuestos por un total de 1.100 millones de dólares, lo que les permitiría iniciar la perforación de nuevos pozos. Según los analistas, la decisión de expandir la producción se debe a la estabilización de los precios en el mercado, los cuales muestran una fuerte tendencia a alcanzar los 50 dólares por barril.
Pero existen otros datos que evidencian la estabilización en el mercado del 'oro negro'. Según indica Baker Hughes —proveedor de servicios para campos petroleros—, desde febrero de 2016, el número de perforadoras en EEUU superó las 400 unidades, lo que indica un crecimiento del 50% desde principios de junio, cuando los indicadores tocaron fondo. Además, entre julio y agosto de 2016, el volumen de producción de crudo se incrementó en un 0,16% —de 8,43 millones de barriles a 8,59 barriles por día—.
De esta manera, al menos tres factores demuestran que la industria del petróleo de esquisto de EEUU espera crecer en las condiciones actuales, aunque sean poco favorables.
Soltar lastre
Otro factor fue la brusca caída de los precios de servicios y equipamientos proporcionados por los proveedores relacionados con los puntos de extracción. La crisis también tuvo impacto en ellos y esto les obligó a bajar los precios frente a las compañías petroleras. La caída de los precios de servicios comportó la disminución de los gastos de los productores.
Sin embargo, algunos expertos destacan que los éxitos de la industria del crudo de esquisto de EEUU son algo exagerados por los propios productores.
La analista jefe del banco ruso Promsvyazbank, Ekaterina Krylova, indica que solo una pequeña parte de las empresas estadounidenses se está preparando para aumentar la producción.
"Entre todos los yacimientos clave, la producción está creciendo solo en la cuenca Pérmica, en Tejas —con un aumento del 6% en julio—. En todos los otros campos observamos una fuerte caída —en Bakken, del 19%, y en el Eagle Ford, del 29%—", ha detallado Krylova.
El club de los perdedores
Sería incorrecto concluir que toda la industria petrolera mundial ha logrado resistir sin un rasguño el derrumbe de los precios. Sin embargo, los que sufrieron más daños fueron las empresas de petróleo en aguas profundas y en arenas bituminosas.
Los gigantes del mercado mundial de petróleo, como Shell, BP y ExxonMobil siguen acumulando deudas a pesar de haber cerrado numerosos proyectos ambiciosos en todo el mundo. Como ejemplo, la deuda neta de Shell ha aumentado en casi 20 veces durante los últimos diez años.
A pesar del rotundo éxito de la industria del crudo de esquisto, el volumen total de producción petrolera puede verse significativamente reducido, según las previsiones de la Administración de Información Energética —EIA, por sus siglas en inglés—. No obstante, por el momento se desconoce cuánto tiempo será preciso para tener un mercado equilibrado, dado el enorme volumen de reservas de petróleo para la venta ya acumuladas.
"En comparación con el año pasado, el desequilibrio del mercado actual se está reduciendo, mientras que el volumen de las reservas comerciales se ha estabilizado en la cifra de 3 billones de barriles. Por lo tanto, no se producirá una caída a lo largo del año 2017", ha concluido María Belova, analista de la empresa consultora, Vygon Consulting.