La creación de esta aeronave es el intento de Pekín y Moscú de competir con las compañías Airbus y Boeing, líderes del mercado en este campo. Ni Rusia ni China cuentan con un avión de largo alcance propio y el ShFDMC podría ser la solución a ese problema.
"Sin embargo, para la producción de la aeronave son necesarias tecnologías occidentales: hasta que en Rusia no surjan motores lo suficientemente poderosos, los motores seguirán siendo suministrados por Rolls Royce y General Electric", explica el artículo.
Lea también: Rusia y China diseñarán el motor para el avión conjunto
Aun así, el proyecto conjunto entre Rusia y China tiene todas las posibilidades para ser un éxito, y de conquistar no solo a los mercados emergentes, sino también a los posibles compradores occidentales. Un ejemplo de esto es el éxito del Sukhoi Superjet.