Se trata de la 'emancipación' de la mujer en el camino del radicalismo que ansían convertirse en 'mártires'. ¿Una nueva etapa en la evolución del terrorismo moderno o las últimas convulsiones de un movimiento que está a punto de agotarse?
Patrick Amoyel, sicoanalista galo e investigador de la Universidad de Niza Sophia Antipolis, quien ha observado a decenas de mujeres que optaron por la radicalización, explica la diferencia entre hombres y mujeres en relación con la violencia:
"Todos los estudios sugieren que las mujeres no se sienten atraídas por las acciones de violencia, no satisface sus necesidades narcisistas y no es algo que les haga hacerse sentir válidas. Se trata de someterse a la ley de Dios, es decir, para una mujer obediente los actos de violencia no son más que un intento de cumplir con los mandamientos de Dios. A la vez que a los hombres la violencia les atrae por si sola", destacó.
"Se trata de un método clásico [de manipulación] que emplean los terroristas. Usan a las mujeres con su capacidad de seducir y su belleza. Ya es clásico. Así, los yihadistas que desean perpetrar actos terroristas en Europa cubren sus verdaderas intenciones con personas que parecen inofensivas. Bueno, es una guerra. Y eso es característico no solo para los islamistas", concluye el sicoanalista.