Según informaron las autoridades policiales, el altercado se saldó con siete heridos, cinco aficionados polacos y dos policías.
Los heridos presentaban en su mayoría contusiones leves y fueron atendidos por los servicios de protección civil sin que ninguno de ellos tuviera que ser hospitalizado.
La carga se produjo en el momento en el que el autobús con los jugadores del equipo polaco intentaba acceder al estadio.
Los aficionados se abalanzaron sobre el autobús del equipo y las fuerzas de seguridad decidieron contenerlos para abrir hueco, lo que desencadenó el lanzamiento de botellas por parte de los ultras.
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El Ayuntamiento de Madrid anunció en los días previos al partido que se desplegarían cerca de 2.000 efectivos para velar por la seguridad del evento al que acuden 4.000 aficionados del Legia, considerados "los más peligrosos de Europa"
En ese encuentro, los aficionados polacos también se enfrentaron con la Policía, lo que motivó que la UEFA decidiera sancionar al club haciendo que el Legia de Varsovia tenga que jugar sus próximos partidos en casa a puerta cerrada.
Los aficionados ultras, conocidos como Teddy Boys 95, ya provocaron otras sanciones al club debido a batallas campales en otras capitales europeas o por sus cantos racistas y xenófobos.
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Además de los altercados de esta tarde en los aledaños de un Santiago Bernabéu completamente blindado, los ultras del Legia de Varsovia protagonizaron disturbios en la noche anterior al partido, llegando destrozar un bar situado en la periferia de la capital española.