Solo en uno de los talleres de costura turcos más grandes de Marks and Spencer pudieron cuantificarse siete niños refugiados trabajando. Su salario acostumbra a ser de unos 1,5 euros por hora, por debajo del ya de por sí magro salario de los empleados turcos.
En otra de las instalaciones visitadas por el equipo de reporteros de la cadena británica pudieron encontrar a refugiados sirios trabajando en larguísimas jornadas de hasta 12 horas para las compañías españolas Mango y Zara. En su caso además, manipulaban 'jeans' y usaban fuertes productos químicos durante su jornada laboral.
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En otro taller, los reporteros llegaron a encontrar a niños de hasta 10 años trabajando en las mismas condiciones para la compañía británica Next.