Los experimentos con ratones, llevados a cabo en su laboratorio durante casi una década, demostraron un aumento del 30% de la longevidad de los roedores, así como un incremento de su vida activa.
"Lo interesante fue que el período reproductivo de los ratones aumentó. Por ejemplo, las hembras dieron a luz a una edad equivalente a los 60 años humanos. [Los roedores] Eran más activos y tenían un aspecto más joven, sin cambios en las condiciones de su vida en el laboratorio", explicó Karnaújov al medio ruso RBTH.
En una operación quirúrgica, los médicos extrajeron unos 100 mililitros de su médula espinal para congelarlos. Dentro de 10 años, las células serán reintroducidas en el organismo del investigador, que espera que el estado de su cuerpo vuelva a ser el mismo que ahora, a sus 55 años.
El uso de sus propias células madre es "más natural" y permite evitar el riesgo asociado a las llamadas células activadas artificialmente, que "acumulan más errores genéticos y pueden perjudicar la salud, causando tumores", explicó Karnaújov.
La cirugía necesaria para obtener las células es bastante compleja, pero ya forma parte de la medicina convencional y no entraña grandes riesgos para el paciente. El mayor reto de este tratamiento es la conservación del material biológico congelado, ya que debe permanecer durante décadas almacenado en unas condiciones estables que no pueden ser alteradas.
El método de Karnaújov podría ser una alternativa sólida a tratamientos más radicales, como la manipulación genética, y, de ser exitoso, podría pasar a ser una operación más entre las personas adultas de todo el mundo.