Jordan utilizaba unas gafas de realidad virtual mientras echaba una partida con otros jugadores de 'QuiVr', juego que consiste en enfrentarse a un ejército de zombies. De pronto, otro usuario se acercó a ella comportándose de forma inapropiada. "Ya me había pasado en la vida real. Una vez fue en Starbucks en pleno día. Sé lo que se siente, y el shock y asco que sentí esta vez no estuvo muy lejos de aquello", asegura.
"Se acercó a mi cuerpo y comenzó a frotar mi pecho. Grité a través del micrófono: ‘¡Alto!'. Narra Jordan, mientras aclara que aunque no se sintió "físicamente tocada", fue una experiencia "terrorífica".
Su historia ha provocado una polémica en la red, mientras algunos internautas la critican alegando que hace demasiado ruido de nada, otros la han apoyado y hasta han relatado experiencias similares.
"No es real, por lo tanto está bien, esa es la subestructura amoral de la cultura del juego, lo que, mucho más que el anonimato, es fuente de mucho acoso sexual y racial en internet", escribió la socióloga y crítica de juegos Katherine Cross.
Otros especialistas consideran que si bien el asalto sexual en el mundo virtual no es lo mismo que en la vida real, eso no significa que no tenga un efecto, ya que el cerebro siente la experiencia como verdadera. Los videojuegos son en gran parte desarrollados por los hombres, lo que hace que sea menos probable que estén diseñados con una mujer en mente.
El desarrollador de QuiVr, Aaron Stanton, respondió a la queja de Belamire actualizando el juego para evitar situaciones similares. "Vamos a asegurarnos de que esto nunca suceda de nuevo", dijo.