Duterte no se limitó a los epítetos ofensivos. "Tanto Rusia como China han expresado su voluntad de vender armas a Filipinas. Diplomáticos rusos me han dicho: 'Venga a Rusia, tenemos todo lo necesario para usted'", recordó el controvertido político.
No es la primera vez que Duterte emplea palabras malsonantes e insultos para referirse a altos cargos estadounidenses. Hace poco tachó a Obama de "hijo de puta" y llamó "gay" al embajador de EEUU en Manila, Philip Goldberg.
La pregunta es si ese sentimiento es recíproco, es decir, si Filipinas también quiere mantener relaciones prioritarias con EEUU. Duterte ha declarado en repetidas ocasiones que tiene la intención de reorientar la política exterior de su país y que pretende finiquitar el acuerdo de cooperación en materia de defensa con EEUU. Poco después, estas declaraciones fueron desautorizadas en buena medida por funcionarios de alto nivel y por el propio presidente.
No obstante, Duterte parece tener realmente la intención de llevar a cabo una política multivectoral, cerrando alianzas con China y con Rusia. "Si no es mera retórica, estamos hablando de un giro hacia una política exterior más equilibrada, centrada no solamente en EEUU, sino también en Rusia y China", comentó a Sputnik el politólogo ruso Vladímir Svedentsov.
Dentro de algún tiempo se podrá decir con exactitud si las intenciones de Duterte de comprar armas a Rusia son meramente retóricas o si forman parte de un programa real.