Katsav, que fue presidente de Israel entre los años 2000 y 2007, fue condenado en diciembre del 2010 por haber violado a una antigua trabajadora del ministerio de Turismo.
Katsav ingresó en la cárcel en diciembre del 2011, pero el domingo pasado, una comisión de indultos redujo su pena por buen comportamiento. Pero no salió inmediatamente de la cárcel porque la fiscalía tenía que revisar su caso y decidir si apelaba contra su liberación.
La fiscalía del Estado, finalmente, retiró las objeciones que había esgrimido a la reducción de la condena de Katsav, de 71 años, y hoy salió de la cárcel.
El expresidente, que regresó a su casa en la localidad de Kiryat Malachi, en el sur de Israel, tendrá que seguir un programa de rehabilitación que incluye su asistencia a clases de estudios sobre judaísmo y seguirá una terapia con un psicólogo una vez por semana, además de asistir a otra terapia de grupo.
Los términos de su liberación establecen que no podrá trabajar en posiciones en las que tenga autoridad sobre mujeres y no podrá conceder entrevistas.
El expresidente nunca se arrepintió públicamente de sus delitos ni pidió perdón a sus víctimas sino que en numerosas ocasiones negó haber cometido los actos que se le imputaban.
Las diputadas del partido de izquierdas Meretz Zehava Galon —líder de la formación-, Michal Rozin y Tamar Zandberg calificaron la decisión del comité de indultos de "cobarde" y "envenenada" y dijeron que este órgano había cedido a manipulaciones.
"Katsav usó su poder político para violar y ahora está explotando su mismo poder político para que lo liberen antes de tiempo", señalaron en un comunicado.