Raul Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, encabezó la conmemoración dedicada a los aniversarios 60 del alzamiento de Santiago de Cuba (30 de noviembre de 1956), del desembarco del yate Granma (2 de diciembre de ese año) y a la juventud, según sus propias palabras.
En alusión al reciente fallecimiento del jefe de la expedición del Granma, Bello enfatizó en que este año existen motivaciones especiales para reafirmar la voluntad de continuar la obra iniciada con el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
Ante una imagen fotográfica del autor de La Historia Me Absolverá junto al Granma y el trasfondo de la Sierra Maestra que ocupa dos tercios del edificio de 14 pisos de la Biblioteca Nacional, Bello se refirió al proceso de normalización de relaciones iniciado oficialmente por Cuba y Estados Unidos el 17 de diciembre de 2014.
Los cubanos y en particular la juventud, no abandonarán la exigencia de la devolución a soberanía de la isla del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo, ni el fin de los programas de injerencia y subversión de EEUU, precisó la líder juvenil.
Bello evocó el pronunciamiento reciente de Raúl Castro en la VII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, celebrada en Venezuela, al recalcar que La Habana no cederá en la defensa de sus ideales revolucionarios, antimperialistas y en el respaldo a la lucha por la liberación de los pueblos.
El discurso incluyó un mensaje de optimismo a Latinoamérica y el Caribe con la ratificación de que el pueblo cubano vencerá.
Azul, blanco y rojo ante la mirada de Fidel, Camilo y Che
Ante ellos, una caballería mambisa (nombre despectivo que dieron los colonialistas españoles a los iniciadores de la gesta independentista el 10 de octubre de 1868) abrió el desfile.
Seguidamente, otro bloque de miles de pioneros con sus uniformes rojiblancos y agitando pañoletas azules, como si fueran olas, pareció impulsar en el siglo XXI a la réplica del yate Granma.
Los bloques de los institutos de enseñanza militar y de los diferentes componentes de las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Interior que marcharon frente a la tribuna estuvieron matizados también por el protagonismo juvenil.
La maestra de cuarto grado en la escuela primaria capitalina Gonzalo de Quesada Vilma Cartaya partió con sus alumnos hacia la Plaza de la Revolución a las 05:30 horas para integrarse al bloque que participó en el desfile iniciado con 21 salvas de cañón a las 07:00.
“La presencia de nuestros pioneros hoy 2 de enero aquí, también aniversario del primer desfile en la Plaza Cívica en 1961 es muy importante porque de esta forma reafirmamos la decisión de seguir las ideas de nuestro Comandante”, expresó.
Cartaya consideró que para sus discípulos constituye una experiencia especial verse al lado del Granma como si fueran los expedicionarios, pues esta nueva generación tuvo cerca a Fidel, pero no lo vio en el ardor de la batalla diaria como los niños y jóvenes de entre 1959 y los inicios del siglo XXI.
“Vivir este momento aquí reafirmará en nuestros niños que ellos también son Fidel”, subrayó la educadora.
Por su parte, la funcionaria de la Dirección de Norteamérica del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos Yanela González opinó que valió la pena madrugar junto a su hija de nueve años y acompañarla en la Plaza de la Revolución.
“De esta forma, nuestros niños también pueden conocer por vía directa el legado de nuestro Fidel y nuestros líderes históricos, en contacto con la historia para impregnarse de patriotismo”, señaló.
Anaís García, presidenta de la Organización de Pioneros en el municipio Plaza de la Revolución, en tanto, declaró que constituye un orgullo esta nueva oportunidad de rendir tributo a Fidel Castro, a quien denominó “nuestro pionero mayor”.
“Nos sentimos orgullosos de poder ir junto al Granma con nuestras pañoletas azules en representación simbólica de las olas”, concluyó la dirigente pioneril.