El 16 de diciembre, las autoridades de Pekín declararon la alerta roja por los altos niveles de concentración de sustancias tóxicas en la atmósfera de la principal metrópoli china.
Según los medidores de la Embajada de Estados Unidos, durante tan solo una jornada laboral, la concentración de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM 2,5) en el aire alcanzó una media de 250 microgramos por metro cúbico.
Al penetrar en los pulmones, las PM 2,5 pueden tener efectos graves para la salud de los humanos. Habitualmente, este material puede encontrarse en la atmósfera de muchas ciudades, ya sea en forma líquida o sólida.