"Expreso dolor y preocupación por lo que pasó, invito a todos a rezar por los muertos, por sus familiares y por todos los detenidos de aquella cárcel y por los que allí trabajan", dijo en su primera audiencia del año en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
3 de enero 2017, 07:05 GMT
Añadió que renueva su "apelo pata que los institutos penitenciarios sean lugares de reeducación y de reinserción social y las condiciones de vida de los presidiarios sean dignas de personas humanas".
Tras un momento de silencio el Papa se reafirmó en la idea de que todas las cárceles del mundo sean espacios de reinserción "y que no estén masificadas", y finalizó pidiendo a los presentes que rezasen un Ave María.
La matanza perpetrada en la cárcel de Manaos se originó como un enfrentamiento entre bandas rivales del narcotráfico y es la peor masacre ocurrida en una cárcel brasileña desde el episodio de Carandiru, en São Paulo en 1992, cuando murieron 111 personas.