"Cuatro testigos populares testificarán el martes: el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, el director de la Agencia Central de Inteligencia, John Brennan, el director de la Agencia de Seguridad Nacional, Michael Rogers, y el director del Oficina Federal de Investigación, James Comey", indicó The Hill.
Clapper, junto a Rogers y el subsecretario de Defensa para la Inteligencia, Marcel Lettre, comparecieron ante el Comité de Servicios Armados del Senado el jueves sobre las denuncias de un supuesto ciberataque ruso durante los comicios estadounidenses de noviembre pasado para beneficiar al presidente electo, Donald Trump.
Durante la comparecencia, Clapper admitió que el supuesto ciberataque cometido por Rusia para interferir en las elecciones de EEUU no supuso un impacto en el electorado al punto de que este modificara su voto.
Por su parte, Trump se reunió este viernes con Clapper, Comey, Brennan y Rogers, y calificó el encuentro de "constructivo".
El presidente electo también reiteró que la seguridad de EEUU será la prioridad número uno de su gobierno, y anunció que conformará un equipo especial en los primeros dos meses de su administración con la misión de diseñar un plan para contrarrestar eventuales ataques informáticos.
Horas antes de la reunión con los jefes de los servicios de inteligencia, Trump dijo en una entrevista con el diario The New York Times que la tormenta que rodea al supuesto hackeo ruso es una caza de brujas política llevada a cabo por sus adversarios, avergonzados por su pérdida en las elecciones presidenciales.
Asimismo, Trump exhortó al Congreso legislativo en su red social Twitter a investigar la información sobre el supuesto ciberataque ruso que fue filtrada a la cadena de televisión NBC por los servicios de inteligencia.
El republicano asumirá oficialmente su mandato el próximo 20 de enero en una ceremonia en Washington.
Ya en octubre pasado la comunidad de Inteligencia de EEUU afirmó que unos "hackers rusos" atentaron contra el sistema electoral del país.
Más tarde, la CIA acusó a Rusia de haber vulnerado los servidores del Partido Demócrata para favorecer a Trump en las presidenciales.
EEUU sigue sin presentar pruebas algunas de la implicación de Moscú en los hackeos.
A este respecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que las filtraciones que se hicieron tras los hackeos no benefician a Rusia, y que la histeria en torno a las mismas se azuzaba para desviar la atención de su contenido, en particular de cómo el Comité Nacional del Partido Demócrata favoreció a Hillary Clinton en las elecciones primarias y buscó desacreditar a su principal rival, el senador Bernie Sanders.
Afirmó, además, en alusión al Partido Demócrata y a Clinton, que "el que pierde siempre busca a quién echar la culpa".
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó las acusaciones contra Rusia de "gratuitas", y el canciller, Serguéi Lavrov, dijo que son "totalmente infundadas".
Este viernes, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EEUU hizo pública una versión desclasificada del informe de las agencias de inteligencia de EEUU sobre la supuesta intervención de Rusia en las elecciones estadounidenses.
