"La única manera de frenar esta guerra, garantizar los derechos de cristianos, musulmanes y otras personas que siempre han vivido en Siria y otros países de la región, es recurriendo al uso de la fuerza, porque a los terroristas hay que combatirles y rematarles", afirmó Lavrov en una amplia rueda de prensa dedicada a los resultados del año 2016.
"Estamos ayudando al Ejército de Siria y a las milicias que junto con él libran la lucha contra los terroristas", dijo.
Desde marzo de 2011 Siria vive un conflicto armado en el que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra (actualmente, Fatah al Sham), ambas proscritas en Rusia y otros países.
A finales de septiembre de 2015 Rusia empezó a petición del presidente sirio, Bashar Asad, una campaña de bombardeos aéreos sobre las posiciones de grupos terroristas.
Lea más: ¿Se puede erradicar el terrorismo islámico?
Paralelamente, Rusia realiza intensas gestiones diplomáticas en cooperación con otros países para promover una solución política del conflicto que, según altos cargos de la ONU, ha provocado entre 300.000 y 400.000 muertos hasta la fecha.