La primera cláusula del texto, titulado "Llamamiento a cesar el fuego en las zonas del aeropuerto de Donetsk, Avdéevka y Yasinovátaya", menciona "un armisticio incondicional", la segunda, el mantenimiento de las posiciones actuales de las partes, y la tercera, una retirada de armamento mencionado en los acuerdos de Minsk a los sitios de almacenamiento permanente.
Una fuente del Grupo de Contacto ya informó a RIA Novosti que la retirada de armamento, según el nuevo acuerdo, debe tener lugar el 5 de febrero.
El Centro Conjunto de Control y Coordinación con el monitoreo de la Misión Especial de Observación de la OSCE se encargarán de coordinar el armisticio y la retirada de armamento, dice el documento.
El proyecto también supone que para cierto momento, que todavía no se precisa, ambas partes deben facilitar información sobre la ubicación de todas sus unidades y formaciones.
Además, el documento prevé reanudar "los compromisos públicos de garantizar a los miembros de la Misión Especial de Observación de la OSCE un acceso inmediato, seguro e incondicional para cumplir con el mandato de su misión".
Las milicias y los militares ucranianos denunciaron recientemente una escalada del conflicto en el este del país y se acusan de la creciente intensidad de los tiroteos en Donetsk.
A causa de los bombardeos, la localidad de Avdéevka controlada por las fuerzas de Kiev quedó sin suministros básicos y declaró el estado de emergencia.
De acuerdo a la misión de la OSCE, el poblado de Yasinovátaya, controlado por las milicias y ubicado en las cercanías de Donetsk, también vive una situación difícil.
Moscú ya expresó su gran preocupación por los ataques desproporcionados del Ejército ucraniano que socavan los acuerdos de Minsk.
Según el Kremlin, Rusia dispone de informaciones fidedignas de que la ofensiva en la zona de Avdéevka fue lanzada por grupos paramilitares ucranianos y apoyada por el Ejército regular.
Ucrania mantiene desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.
