El pasado lunes el portavoz del movimiento ¡En Marcha!, Richard Ferrand, ayudante del candidato al Elíseo, acusó a los medios RT y Sputnik de injerencia en la vida política de Francia y de haber intentado opacar la imagen de Macron.
"La falsa acusación de turno del partido de Macron es una verdadera calumnia, cuyo objetivo consiste en influir en la opinión pública", indicó el servicio de prensa de la agencia rusa.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, advirtió la víspera que el propio Ferrand está creando noticias falsas, pues los rumores a los que hizo referencia no tienen nada que ver con los medios que mencionó.
Al referirse a Macron, la diplomática aseguró que al político galo "no lo dejan en paz los laureles de la excandidata a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton".
La conspiración se desmorona: ¿quién es el verdadero 'agente de Putin' entonces? https://t.co/QEV2LQWOgd pic.twitter.com/Z8bKof4cSD
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 2 de febrero de 2017
Según la encuesta de la empresa OpinionWay, la líder del partido Frente Nacional, Marine Le Pen, podría ganar en la primera vuelta de las presidenciales de Francia con un 26% de votos a favor y sus rivales Macron y François Fillon recibirán un 23 y un 20% de votos respectivamente.
No se trata del primer ataque de los países occidentales contra los medios de información rusos.
El 23 de noviembre pasado el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que acusó a Rusia de llevar a cabo una "propaganda hostil" contra la UE con la ayuda de los medios de comunicación, entre ellos la agencia Sputnik y la cadena televisiva RT, e instó a los países miembros a tomar medidas para contrarrestarla.
Más tarde, el 6 de enero de 2017, la CIA, el FBI y la controvertida NSA (la Agencia de Seguridad Nacional que se vio en el ojo del huracán por su programa secreto de espionaje electrónico masivo) publicaron un informe en el que arremetieron nuevamente contra Moscú por su supuesta injerencia en las elecciones estadounidenses sin presentar pruebas algunas.
Del texto se deduce que basaron su investigación en los reportajes de la televisión rusa y mensajes publicados en las redes sociales.
El Kremlin calificó de absurdas esas imputaciones, y aseguró que se difunden para desviar a la opinión pública.